domingo, 12 de junio de 2011

La Semana mas larga.

Nada más llegar a la salida del “Tullmarine Airport of Melbourne” me estaba esperando parte de la Familia australiana que ha tenido el detalle de acogerme temporalmente en su casa  hasta que pueda encontrar alojamiento en otro sitio.
Por suerte y sobre todo gracias a mi madre, contacté con una familia que vive aquí en Melbourne. Es una familia de españoles, que se vinieron a Australia en el año 1962 con intención de trabajar durante dos años  y que por diversos motivos echaron raíces por estas tierras hasta nuestros tiempos. La familia próspero y ahora se ha convertido en  una mezcla de hispano-australianos que  aun hablando  inglés,  añoran su patria de una manera sorprende.
Durante la primera semana aquí, uno se tiene que acostumbrar   entre otras cosas a  sobrevivir al Jet Lag, , y es que cuando llegué pensé que, eso no me afectaba a mí, sin embargo durante  las tres noches siguientes me despertaba siempre a la misma hora incapaz de  volverme a dormir.
Poco a poco me he ido adaptando al día, a la noche y al invierno, y es que la verdad cuesta creer, que  a principios de Junio, “el duro  invierno ha llegado a la zona austral de nuestro planeta”
 Los primeros días me he dedicado a recorrer los alrededores de Melbourne, de la mano de mis primeros amigos australianos “Louisa, Rachel y David” hijos de españoles pero espíritu y habla totalmente australianos.
Otra persona que ha cobrado importancia durante mi primera semana es la figura de  “Oncle Manolo” el tio de Lou, Rachel y David. Un señor de unos 60 años, divorciado en la actualidad , que con 12 años de edad se vio obligado a vivir en estas tierras y que después de una vida muy agitada afirma que  lo que más adora  en esta su vida es  “El Jamon, Los toros y la buena cocina española”.
 Actualmente  estoy viviendo  en su casa junto con su sobrino David.  Personalmente me ha resultado algo difícil al principio, puesto que mis derechos en la casa se reducen a agradecer continuamente el detalle que ha tenido conmigo al acogerme de forma indefinida en su casa de Cliffton Hill,  hasta que encuentre algo. Sin embargo y con el paso de los días me va dando la impresión de que el amigo “Oncle Manolo” se conforma únicamente  con compartir conmigo todas las tardes unas tapas de Jamón (importado), queso,  y otras guarniciones todas ellas regadas con una botella de  vino Australiano , mientras nos dedicamos a discutir sobre el trabajo,  la sociedad y las diferencias existentes  entre la cultura  Australiana  y la  Española. Y es que a diferencia de lo que yo pensaba, eso de compartir una botella de vino  arreglando el mundo, no se lleva mucho por aquí. 
Más adelante y durante la semana, he tenido que hacer mis primeras gestiones financieras para poder enterarme de cómo abrir una nueva cuenta bancaria aquí para para poder sacar mi dinero sin que me maten a comisiones. Por otra parte, durante el tiempo que he pasado solo, he tenido que identificarme durante el día con el distrito financiero de Melbourne, conocido cono Melbourne CBD o para entendernos “El centro”. Además también he tenido oportunidad de ver lo caros que están los alquileres por aquí  y de cómo se fue al traste mi estimación inicial de gastos, aun cuando estaba en España, al comprobar que aquí los únicos alquileres de habitación en una casa por 125 AU$/WEEK se referían a “SHARE ROOM” es decir habitación compartida con otra persona la cual no conoces de nada.
Y dicho todo esto…. Ya ha pasado una semana completa desde que llegue  a Australia, y la verdad es que  emocionalmente para mí  ha sido como un mes entero. Esa situación únicamente ocurre cuando cada momento que pasa , cada paso que das, cada pregunta que haces, o cada esquina que tuerces te envuelve en  una incertidumbre, una alegría, una decepción o una esperanza más, despertándote  cada día  sin saber por dónde se pondrá el sol.

jueves, 2 de junio de 2011

Reflexiones a 12:000 pies de Altura

Aproximadamente las 10 de la Mañana de un jueves  2 de junio de 2011, a 12.000 m de altura seguramente estaré cruzando la india o algo parecido, en estos momentos una luz muy tenue ilumina el avión, fuera es completamente de noche y  todo el mundo parece durmiendo.  Pero Como puede ser de noche a las 10:00 de la mañana? diría alguno… pues si cosas de los husos horarios.
En esta situación y sin poder dormir, uno empieza a pensar, que circunstancias  nos a hacen hacer este tipo de cosas tales  como dejar a un lado  tu vida cotidiana y echarte a la aventura a un país tan desconocido.
Pero siendo optimista y a mis 31 años, pienso…  ¿qué tengo que perder en un año en las antípodas! O por el contrario  ¿qué tengo que ganar quedándome dónde estoy?
Y la verdad es que por muchas vueltas que uno le dé, El panorama que tenemos actualmente en España, no ofrece muchas garantías de “Progreso” y “prosperidad.  
Cada vez somos más los que nos vamos de nuestra querida España, en busca de unos valores sociales, económicos y morales que allí pensamos que  ya no podemos encontrar.
 ¿Cómo se sentirán nuestros padres cuando vean que después del esfuerzo que han hecho en educar a sus hijos para que sean honrados, trabajadores y  vayan a la universidad, sea recompensado con un tímido “Adiós”  ¿sin saber hasta cuándo? Eso es algo que ni se merecen ni estaban preparados para ello.
Así pues, en este vuelo tan largo y después de tantos controles, cambios de terminal, esperas en aeropuertos por fin  se acerca el nuevo destino … Ya está amaneciendo y sobre la ventana del asiento 39H empieza a  asomar el gran país desconocido. Los tiempos de Australia “han llegado”