Byron Bay es una pequeña localidad costera situada al norte del estado de
New South Wales, conocida por ser la zona situada más hacia el Este de Australia. Este lugar no queda muy lejos de mi casa en
Gold Coast y era una de mis asignaturas pendientes por explorar. Así que el
sábado pasado mientras muchos de vosotros
celebrabais la Noche de San Juan en pleno solsticio de verano, yo me
encontraba por la Interestatal camino de Bayron bay en pleno solsticio de invierno….Cuando llegue al lugar, lo
primero que hice fue acercarme a un
puesto de información, para que me diesen un mapa y me explicasen un poco que podía hacer yo por allí.. Me atendió una
señora mayor quien muy educadamente me saludo preguntándome
que podía hacer por mi... Yo le conté un poco mi historia, de donde venia y a
donde iba…. Y ella muy curiosa me empezó ha preguntar por España, los San
Fermines y la Paella… Por lo visto había visitado mi país en alguna ocasión y
le quedaba muy buen recuerdo de algunos lugares y sobre todo de su gente…. Ella
me decía:- ¿Y que se te ha perdido por aquí siendo Español?... -¿Con lo bien
que se esta en España?.... –Bueno pues resulta que unos señores muy malos se han dedicado a saquear España en los últimos años… Gente del poder mala y corrupta ¿sabe? Y claro a muchos
jóvenes… se nos fue acabando la esperanza y las ganas de trabajar para nuestro país y nos vinimos a
trabajar para ustedes los australianos que nos tratan mejor… Así que la mujer se fue haciendo a la idea y me
conto lo siguiente: -Gente mala hay en
todas partes, ¡sabes! - La semana pasada unos niños muy gamberros me
pintaron el buzón de mi casa con
pinturas de colores… ¡Vaya no me diga! Yo la miré pensando que
ojala España estuviese llena de niños traviesos que pintasen los buzones de las casas y que solo esa fuera
nuestra preocupación y así no tuviésemos políticos corruptos, bancos en quiebra,
salarios de vergüenza y un índice de desempleo que por aquí nadie se cree que
pueda ser tan alto….
El asunto es
que entre conversación y conversación,
me enseño el mapa de la localidad, del
faro, y de la bahía de bayron. Me dio una pequeña guía con las
mejores rutas para caminar en el estado de New South Wales, me recomendó una
ruta para llegar al faro. Me explico de donde venia el nombre de Bayron bay y además me dijo que cuando llegase al faro, visitase
el museo “ La casa del faro”. Casi una hora más tarde, salí de aquella casa…
con un montón de panfletos en la mano y dos postales para enviar.
Me di una vuelta
por el pueblo. Típica localidad costera australiana, tranquila, con casitas de
madera, muchas tiendas, bares y en general mucha alegría en el ambiente. Poco a poco me fui alejando hasta llegar a la
playa principal donde el mar para sorpresa mía ¡¡estaba tranquilo!! Era un día
de invierno y apenas había nadie en la playa, aunque hacia sol y el agua no
estaba fría. Me llamo la atención como
respetan estos australianos las líneas
costeras y a pesar de ser Bayron Bay una localidad muy turística, no había nada
construido en primera línea de playa mas que refugios y aseos públicos para los caminantes y si
acaso alguna casa aislada.
Continúe el
camino hacia el faro, y durante el
camino me llego un aroma que ya casa había olvidado… Ese aroma a pino y a
bosque mediterráneo que muchos conoceréis ¡lo pude encontrar aquí!, aunque fuese por un
instante. Sin embargo de repente el paisaje cambio y los gigantes y espesos arboles
de eucaliptos me recordaban que esto es
Australia y que lo que yo quería que fuese, tendrá que esperar…
Así que llegue al faro… después de una larga
caminata. La vista desde allí es espectacular en cualquier dirección. A un lado
se encuentra la bahía, al fondo la
inmensidad del océano pacifico, me asome a la barandilla que hay sobre el acantilado,
el viento soplaba fuerte y a lo lejos se
formaba esa típica espuma blanca dibujada sobre el mar los días de viento… Sin
embargo esa espuma en ocasiones era más grande de lo normal. Incluso parecían
enormes salpicaduras… Al principio, apoyado en la barandilla, no le daba
importancia, debido a que estaban muy lejos. Pero de repente caí en la cuenta. -¡¡Eso son
ballenas!! Al fondo se veían de vez en cuando un conjunto
de ballenas cuando salían a la superficie para respirar.
El frio empezó a hacerse de notar en la noche de san Juan del
Hemisferio sur. Aun me quedaba un buen paseo hasta llegar al pueblo donde tenía
el coche aparcado. Por si era poco me entretuve por el camino de vuelta,
jugando con la cámara de fotos y me metí por un sendero en medio del bosque en el que poca
luz quedaba para yo poder ver. Con la
luz justa y escasa llegue al pueblo. Cansado me senté en una cafetería donde escribí las
dos postales que compre por la mañana. Una de ellas la deje en el buzón que había
en la esquina y la otra…… ¡¡todavía me estoy pensando que hacer con ella!! Pero sin
lugar a duda el día más corto del año ¡¡Mereció
la pena!!
